La isla de Wight, un palco en la Ópera de Viena, los cayos del Caribe... Del pasado de la subinspectora Martina de Santo regresa un atractivo fantasma: Maurizio Amandi, pianista célebre por su talento, su vida disipada y su obsesión por la obra Cuadros para una exposición, del compositor ruso Modest Mussorgsky. La última gira de Amandi está coincidiendo con los asesinatos de una serie de anticuarios relacionados con él. Al reencontrarse con Martina de Santo, con quien vivió un amor adolescente, un nuevo crimen hará que las sospechas vuelvan a recaer sobre el artista. Martina de Santo deberá apelar a sus facultades deductivas y a su valor para desvelar el misterio y desenmascarar y dar caza al asesino.

(abril-mayo 2011. 3 sesiones. 7 lectoras)


Más acorde con las lecturas que solemos escoger de cara al verano, hemos leído una novela de intriga escrita por el gaditano-aragonés Juan Bolea. No habíamos leído ninguna de sus obras, y al no saber que la protagonista iba a ser la subinspectora Martina, nos ha encantado enterarnos bien entrada la lectura del libro.


Y es que algo que hemos recalcado todos es lo bien que el autor juega con nosotros, los lectores. El desconcierto inicial al ir de un personaje a otro (que parecen ir muriendo conforme les conocemos) motiva enormemente la continuación de la lectura. A lo largo de la trama (algo forzada en algún aspecto) Bolea nos va soltando "miguitas de pan", y hay momentos en concreto en donde gestiona la tensión de una manera admirable (¡el capítulo en que Martina y Maurizio se encuentran en el hotel!).


No defrauda la resolución de la trama, aunque el personaje de Martina en ocasiones nos haya parecido más una superheroína que una policía.

En definitiva, ha sido una lectura muy agradable y entretenida, y gracias a la "maniobra de distracción" que supone Mussorgsky, hemos descubierto a este compositor ruso.