"El sí de las niñas" sería lo que hoy denominaríamos una comedia romántica, con previsible final feliz y aparentemente sin muchas complicaciones. La trama es claramente deudora de las comedias del Siglo de Oro, evitando, como es natural en el autor, los "excesos" de acción. Todo el mundo se comporta con moderación y no hay nada que sobresalte mucho al espectador. Pero los personajes no se hacen pesados, sino que Moratín consigue humanizarlos hasta el punto de que se les coge cariño a todos. Los discursos morales son breves y bien traídos, alejados de los "pegotes" que cabía esperar, y los personajes secundarios tienen viveza y hasta gracia. Incluso la madre metomentodo y un punto egoísta se nos hace simpática; la mujer no tiene otra salida que intentar "colocar" a su hija lo mejor posible. Una estupenda obra.

"La comedia nueva" ha envejecido mucho peor. Aquí, Moratín, afrancesado él, la emprende contra la pervivencia de los dramones cargados de despropósitos argumentales, de personajes fantásticos y de lo que nosotros llamaríamos efectos especiales. Aunque hay innegables paralelismos con el cine actual, sin embargo la obra se nos hace lejana, y los personajes están demasiado centrados en contarnos sus ideas para que les encontremos su punto.

No obstante, en ambas obras tenemos a un autor que, pese a su devoción por las formalidades, sabe dar dinamismo a sus obras y cercanía a sus personajes. Sobre todo me llaman la atención los modismos del lenguaje, sin duda corrientes en la época pero que hoy suenen realmente divertidos. ( )