En el último cuarto del siglo XX, en España se produjeron el final de la dictadura, la llegada de la democracia, el despertar al mundo y a la libertad, y nacieron y se abandonaron algunos sueños... En medio de esas turbulencias, Carlos y sus amigos, un grupo de artistas y escritores que, como tantos a lo largo de la historia, llegaron a Madrid buscando el triunfo, pasan de la inocencia a la madurez, de la juventud al éxito o al fracaso, y encuentran que ni el éxito ni el fracaso son como ellos se habían imaginado.

(junio-julio 2008, 9 lectoras)

El Club de lectura de Sos había leído "La lluvia amarilla", novela que nos impresionó mucho, por lo que decidimos volver a leer otra obra del mismo autor. El paso a la madurez de Carlos, un artista asturiano afincado en Madrid, es el hilo que teje esta novela. Sus dudas, crisis, pensamientos, crean una novela intimista sobre la búsqueda del lugar en el mundo.


Hemos encontrado similitudes entre esta novela y la lluvia:

- Personajes atormentados: las dudas de Carlos, su forma de afrontar el éxito, la sensación de incomprensión.

- Soledad: parece otro personaje más. Era más evidente con Andrés en la lluvia amarilla, pero Carlos se siente sólo cuando vive rodeado de gente y termina buscando la soledad real cuando se exilia a Miraflores.

- Referencias a la guerra civil española.

- Escasez de personajes

- Protagonistas que afrontan situaciones poco comunes: en este caso, el éxito en el mundo de la pintura, algo que en principio parece envidiable, pero que al protagonista le causa una crisis existencial.

- En este caso hemos analizado también la idea del miedo al cambio y los conflictos inevitables que acompañan a la sensación de madurar.



Hemos disfrutando durante las sesiones apostando qué le ocurrirá al personaje, a quién habla, ¿saldrá adelante? ¿terminará suicidándose? ¿triunfará? ¿aceptará los cambios?. Las opciones fueron muy variadas.

Estamos todas de acuerdo en la capacidad de Llamazares para transmitir sensaciones, en ocasiones a través de una sola frase que nos deja de piedra. El problema es que lo que nos transmite nos deja desasosegadas y tristes. Y eso que en este caso parece que el final es esperanzador, pero hasta la forma de relatar algo en principio feliz termina dejándonos tristes. Tal vez esto nos ocurra sólo a nosotras, pero terminamos haciendo las sesiones para comentar el libro merendando chocolate.