EL SIMBOLISMO RUSO

En un artículo sobre Maxim Gorki, de 1908, el poeta ruso
Aleksandr Blok trazó el retrato de una generación que vivió el
ocaso del humantismo bayjo el dictado de la civilización técnica.
El Simbolismo, con su interés
por el misterio y la experiencia religiosa, su afán de retirarse a
mundos privados y utilizar formas crípticas de comunicación,
quiso ser la encarnación de ese principio superior.

Frente al Romanticismo, que ensalzó el carácter nacional
y abundó en el color local, el Simbolismo fue el primer movimiento
auténticamente internacional. Los artistas renunciaron a
convertirse en portavoces del pueblo, se alejaron de la política
y la ideología para agruparse en pequeños círculos y comunidades
poéticas. A pesar de ese alejamiento de las esencias nacionales,
el Simbolismo ruso desarrolló unos rasgos propios: una
tendencia a la desmaterialización de la naturaleza y a la fantasía
mística que abre las puertas a las investigaciones abstractas de
Kandinsky y Malevich, la búsqueda de una síntesis entre las
distintas disciplinas y la creación de un "pensamiento en
imágenes que prefigura la experimentación lingüística y
visual del siglo xx.

La exposición El Simbolismo ruso quiere dar a conocer a
importancia de este movimiento y presentar la obra de pintores
como Lev Bakst, Viktor Borisov-Musatov, Pavel Kuznetsov y
Piotr Utkin, poco conocidos en nuestro país, Entre ellos destaca
la figura de Mijail Vrubel. Pintor, escultor, decorador, Vrubel
representa el punto de contacto entre el Realismo de fin de siglo
y las dislocaciones visuales de las vanguardias. Para los simbolis
tas, Vrubel encarnó además el ideal de artista como genio solita-
rio, cuya enajenación mental se traduce en una pintura visiona
ria y en el rechazo a las convenciones sociales.

La Fundación «la Caixa» quiere agradecer al Museo Estatal
Ruso de San Petersburgo, la Galería Nacional Tretiakov de
Moscú, la Galería Nacional de Armenia, la Fundación Marianne
Werefkin de Ascona, Museo Nacional de Arte M. K. Chiurlionis
de Kaunas, Lituania, y al Centre Georges Pompidou. Musée
d'Art Moderne, París las facilidades que han ofrecido para que
esta exposición se pueda presentar en Madrid, Barcelona y
Burdeos, y poner de relieve, de manera especial, el trabajo y la
dedicación de los comisarios, Estrella de Diego y Jean-Claude
Marcadé.