Fantástico, esclarecedor, sencillo, complejo e inquisitivo. Cortázar ( )

Este libro parece demostrar que no es la mejor idea el que un literato se ocupe de hablar de su obra, pues se pierde el misterio o se acerca uno demasiado al trabajo, sin explicaciones críticas, sino basadas en la realidad. Críticos y biógrafos desentrañan, sin matar, la obra literaria que lo merece, alumbrando las interioridades disimuladas en los libros, cosa que no consiguen los propios autores en un entorno que no sea el académico o el confesional.
Cortázar dio estas charlas en Berkeley en el año 1980, a un grupo numeroso de estudiantes (se habla en el texto de 100), explicando sus obras, que agrupaba bajo temas como la fantasía, el humorismo, el realismo, el erotismo. El contenido del libro sale de la transcripción de las cintas en que se grabaron estas charlas durante varios días.
En el transcurso de los días aparecen otros escritores argentinos o latinoamericanos, de los que se habla de forma general, sin llegar a más detalle que el que se puede encontrar en libros divulgativos generales. No hay comentarios ni especulaciones o apreciaciones detalladas ni de lucidez certera, sino un repaso a vuela pluma de las obras o autores.
No aprendemos nada nuevo los lectores sobre las obras de Cortázar, porque Cortázar no parece tener nada nuevo que decir. Sitúa en el tiempo y el lugar concreto los episodios, y con esto está arreglado. El libro no es para novedades, sino para refrescar las lecturas o prepararlas.
Me parece destacable cómo pasa el tiempo sobre determinada literatura, como la de Cortázar, basada en lecturas de la época, circunstancias de la historia, acontecimientos entre los círculos revolucionarios de América Latina (que yo tiendo a llamar Hispanoamérica, lo siento). ¿Es posible que la importancia de Cortázar sufra bajo el peso de los años? ( )