Juan Antonio Estrada

Pues al final, Estrada no nos hace una propuesta. Critica muy bien criticadas las propuestas existentes; repasa muy bien repasadas las propuestas que ha habido sobre qué significa exactamente Dios (en realidad, solo lo hace con cierta profundidad para el cristianismo y con menos profundidad para el judaísmo; del resto de religiones, incluyendo el Islam, apenas algunas menciones), y analiza lo que significa esta palabra desde varios puntos de vista. Todo eso, como digo, con oficio y conocimiento, con profusión de citas y bibliografía moderna. Pero, al final, ¿qué significa Dios hoy en nuestro contexto cultural? Pues me he quedado con las ganas de saberlo.

Como les pasa a otros teólogos que han sufrido censuras eclesiásticas, Estrada no puede evitar respirar por la herida. Esto se expresa aquí en frecuentes excursos, nunca explicitados, cuya relación con el tema principal en cada momento casi nunca ha sabido ver bien. Además, el autor abusa de las frases muy cortas, cuya hilazón tampoco he visto siempre clara. En definitiva, que la forma de escribir no ayuda a la comprensión de lo que dice.

Al final, la impresión que me queda es que es más fácil criticar lo pasado que proponer el futuro. Claro que eso le pasa a la gran mayoría de ensayistas en cualquier disciplina. A veces, incluso, la crítica de Estrada me parece excesiva, en el sentido de que, más que presentar el mensaje cristiano de manera adecuada a los tiempos que corren, busca forzarlo (el mensaje cristiano, digo) con tal de que encaje en el pensamiento posmoderno. Por ahí entiendo que alguna vez le hayan levantado el dedo, aunque fuese de forma también excesiva. En mi opinión, la tradición, incluso los rituales tienen un valor de estabilidad frente a la liquidez que justamente sería su gran posible aportación, aunque no podamos absolutizarla nunca. Puede que lo que nos ha sido legado sea irracional (nunca irrazonable, como el mismo autor indica varias veces), pero eso no significa que no sea válido. precisamente la posmodernidad nos ha enseñado a desconfiar también de la razón. Ahí, quizá, haya un elemento de conexión que a lo mejor merece la pena explorar.… (altro)