Yo pensando que Forster era un autor aburrido, demasiado serio e incluso arisco personaje, y resulta que es un tipo encantador que se ofrece como divulgador de literatura en la BBC para sus compatriotas, aunque más para oyentes de las antiguas colonias británicas, sobre todo de la India, dando charlas en las que inserta todo otro tipo de consideraciones históricas, políticas, filosóficas, etc, tratando a todos ellos como adultos y preocupado por aquellos que no saben.
Sus recomendaciones no intentan ser más que las charlas voluntariosas de un "bibliotecario locuaz" lejos de la crítica literaria y en las que se comporta como un "parásito más o menos tolerable, que se nutre de formas de vida más elevadas."
Zadie Smith, autora del epílogo, nos presenta a un personaje que se describe por todo aquello que no hizo: "No se decantó hacia la derecha con la edad ni permitió que la nostalgia se metamorfoseara en misantropía; jamás se postró ante el papa o ante la reina, ni coqueteó (en términos ideológicos) con Hitler, Stalin o Mao; nunca creyó que la novela hubiera muerto ni que los montes estuvieran vivos, siguió leyendo narrativa contemporánea pasados los cincuenta años, no albergó un odio especial por la generación anterior a la suya ni por la posterior, no llegó a pensar que Inglaterra se había ido a pique, que su idioma estaba condenado a fenecer, que los locos se habían adueñado del manicomio, ni que los extranjeros plagaban las ciudades."
El seleccionador, Gonzalo Torné, también destaca su capacidad para transmitir ideas complejas en un estilo sencillo, sin necesidad de usar la jerga profesional que a veces embarra tanto los textos que los hace ilegibles para el lector medio.
La primera charla, titulada "SON ÚTILES LOS LIBROS?" nos ofrece un resumen de cómo los libros ayudan a las personas, "pero lo hacen de manera más sutil, indirecta: en primer lugar son útiles porque nos despiertan. (...) También pueden ayudarnos a construir nuestra vida, al depositar en nuestro interior la fuerza necesaria para avanzar. (…) Lo que quiero decir es que si uno sigue leyendo libros año tras año, los libros conseguirán que su mente se fortalezca igual que el ejercicio fortalece el cuerpo. Por el contrario : si lo que lee uno es basura, su mente se volverá flácida."
Forster remata diciendo que no cree demasiado en la conveniencia de elaborar listas de libros para desconocidos con propósitos prácticos, y prefiere dar un consejo: "lean libros que les ofrezcan datos precisos, de los que calificamos como la primera especie, del estilo de los horarios de tren. Lean también, si se sienten atraídos por ellos, libros imaginativos y creativos, como Macbeth. Si lo hacen estoy convencido de que las dos clases de libros se combinarán en sus mentes a medida que pasen los años para despertarles y fortalecerles. Para decirlo en plata y sin rodeos: estudien libros de historia, economía o ciencia por su propio bien… Con el tiempo descubrirá que la combinación del estudio y del placer les proporcionará un beneficio ético, les habrá mejorado como personas."
La última charla, HABLAR POR UNO MISMO, en la que nos conmina a no dejarnos representar por nadie, Forster dice que "Representarse a sí mismo es el propósito por el [usted] que nació y vino a este mundo problemático y difícil.
(...) Mi opinión es que dejarse representar por una comunidad supone una dejación de las propias responsabilidades. Me imagino un Juicio Final en el que no solo se nos pregunte "¿qué hiciste?" sino también "¿a quién permitiste que hablase en tu nombre?"
(...) Seremos juzgamos no solo por lo que dijimos, sino por lo que permitimos que se dijese en nuestro nombre.
Finaliza la charla con un elogio de la ociosidad en la que también nos conmina a despertar nuestra conciencia a las maravillas del universo en el que hemos nacido para comprenderlo un poco mejor después de aceptar lo antes posible que el trabajo no deja de ser una molestia que nos seca el alma y que normalmente no es fuente de placer, salvo para unos pocos elegidos. Además el ocio debe ayudarnos a desarrollar una voz capaz de hablar por ella misma y adiestrarnos en el arte de escuchar a los demás.
"Si uno consigue estas metas se habrá convertido en una persona madura, en un ser humano; estará a salvo, podrá acudir todos los días a una fábrica y limar tantas impurezas de metal como sea necesario; estará protegido del embrutecimiento."
Un sabio. ( )