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Sto caricando le informazioni... Il venditore di felicitÃdi Davide Cali
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Iscriviti per consentire a LibraryThing di scoprire se ti piacerà questo libro. Attualmente non vi sono conversazioni su questo libro. Beautifully written and illustrated. It warmed my heart. ( ) ¡TilÃn, tilÃn! Ha llegado el señor Pichón, el vendedor de felicidad. Y ustedes se preguntarán: «¿La felicidad se vende?». Asà es, en tarro pequeño, grande o tamaño familiar. Todos los vecinos reconocen el ruido de su destartalada camioneta y salen a la puerta a recibir al persuasivo vendedor. Hay quien compra un frasco de felicidad para compartir con los amigos; otros, uno envuelto en papel de regalo para Navidad, para repartir entre sus hijos, para sus nietos… La felicidad no admite descuentos. Es bueno tener siempre un frasco de reserva, aunque sea pequeño. El vendedor de felicidad llama a la puerta de los incrédulos, de los artistas, de las abuelitas. ¿Quién puede resistirse? nessuna recensione | aggiungi una recensione
Tilín, tilín! Ha llegado el señor Pichón, el vendedor de felicidad. Y ustedes se preguntarán: ¿La felicidad se vende?. Así es, en tarro pequeño, grande o tamaño familiar. Todos los vecinos reconocen el ruido de su destartalada camioneta y salen a la puerta a recibir al persuasivo vendedor. Hay quien compra un frasco de felicidad para compartir con los amigos; otros, uno envuelto en papel de regalo para Navidad, para repartir entre sus hijos, para sus nietos. La felicidad no admite descuentos. Es bueno tener siempre un frasco de reserva, aunque sea pequeño. El vendedor de felicidad llama a la puerta de los incrédulos, de los artistas, de las abuelitas. ¿Quién puede resistirse?
Ding, ding! Mr. Pichón, the seller of happiness, has arrived. And you may wonder: Is happiness for sale? That's right, in a small, large or family size jar. All the neighbors recognize the noise of his beat-up truck and go out the door to greet the persuasive salesman. Some buy a bottle of happiness to share with friends; others, one wrapped in gift paper for Christmas, to distribute among their children, for their grandchildren. Happiness does not admit discounts. It is good to always have a reserve jar, even a small one. The seller of happiness knocks on the door of the unbelievers, of the artists, of the grandmothers. Who can resist? Non sono state trovate descrizioni di biblioteche |
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