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Orazioni I-XV e frammenti

di Lisias

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Serie: Discursos de Lisias (1-15)

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Literary Criticism. Nonfiction. Los discursos forenses de Lisias son nuestra mejor fuente para la vida privada de los atenienses en el periodo clásico y para el derecho ático en todos sus aspectos (clases y naturaleza de los procesos, procedimiento, etc.). De Lisias, que vivió en Atenas como meteco entre 445 y 380 a.C., conservamos treinta y cuatro discursos (sin contar el discurso sobre el amor que Platón le asigna en el Fedro). En la Antigüedad se le atribuyeron más de cuatrocientos, y fue considerado uno de los diez grandes oradores áticos, entre los que se distinguía por su estilo sobrio y claro; los aticistas le oponían, como modelo del decir y argumentar, a las pompas del asianismo y sus metáforas teatrales. En Roma fue el modelo de los partidarios de una oratoria clara y sencilla, frente a una retórica recargada como la ciceroniana. Lisias trató en sus discursos los más variados asuntos, en causas públicas y privadas, y prácticamente en todos los géneros de unas y otras (de ilegalidad, traición, extranjería, impiedad, vejaciones, adulterio, negligencia o mala administración de los bienes de un huérfano, daños por violencia o violación, malos tratos, homicidio, injurias verbales), así como referidas a propiedad y obligaciones contractuales y al derecho de familia (sucesiones, tutela). Lisias fue ante todo un buen abogado de causas privadas, un logógrafo, que asesoraba en cuestiones jurídicas y escribía discursos para que los pronunciaran otros (en Grecia las partes de un proceso debían hablar en nombre propio y personalmente, sin que las representara un abogado). Sus obras forenses nos ofrecen una imagen muy nítida de la sociedad de su tiempo, de esa Atenas democrática donde los pleitos eran frecuentes y los tribunales, un espacio para demostrar la inteligencia y el dominio de la expresión. Para los antiguos, Lisias fue un gran modelo literario en cuanto a la oratoria y a la construcción de discursos: para exponer su teoría de la retórica en el Fedro, Platón lo cita a él. Sus virtudes literarias son las del clasicismo: ocultación de los mecanismos compositivos, con apariencia de sencillez y falta de artificio, pureza del lenguaje ático, precisión, exactitud, sobriedad, claridad expositiva y maestría en la etopeya o mostración del carácter de los personajes. Estos rasgos lo alejan del estilo elevado o patético de Demóstenes (claro que no hubo de enfrentarse a la amenaza del macedonio Filipo ni de exhortar a la defensa de la patria, pues sus clientes eran gentes corrientes con casos cotidianos). En cuanto a la organización del discurso, Lisias brilla en las dos partes centrales (narración y demostración) por su modo de presentar y organizar los hechos y de ir introduciendo las pruebas al hilo del relato.… (altro)
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DISCURSOS I- LISIAS

De Lisias, que vivió en Atenas como meteco entre 445 y 380 a.C., conservamos treinta y cuatro discursos (sin contar el discurso sobre el amor que Platón le asigna en el Fedro).
En la Antigüedad se le atribuyeron más de cuatrocientos, y fue considerado uno de los diez grandes oradores áticos, entre los que se distinguía por su estilo sobrio y claro; los aticistas le oponían, como modelo del decir y argumentar, a las pompas del asianismo y sus metáforas teatrales.

En Roma fue el modelo de los partidarios de una oratoria clara y sencilla, frente a una retórica recargada como la ciceroniana. Lisias trató en sus discursos los más variados asuntos, en causas públicas y privadas, y prácticamente en todos los géneros de unas y otras (de ilegalidad, traición, extranjería, impiedad, vejaciones, adulterio, negligencia o mala administración de los bienes de un huérfano, daños por violencia o violación, malos tratos, homicidio, injurias verbales), así como referidas a propiedad y obligaciones contractuales y al derecho de familia (sucesiones, tutela).

Lisias fue ante todo un buen abogado de causas privadas, un logógrafo, que asesoraba en cuestiones jurídicas y escribía discursos para que los pronunciaran otros (en Grecia las partes de un proceso debían hablar en nombre propio y personalmente, sin que las representara un abogado).

Sus obras forenses nos ofrecen una imagen muy nítida de la sociedad de su tiempo, de esa Atenas democrática donde los pleitos eran frecuentes y los tribunales, un espacio para demostrar la inteligencia y el dominio de la expresión.

Para los antiguos, Lisias fue un gran modelo literario en cuanto a la oratoria y a la construcción de discursos: para exponer su teoría de la retórica en el Fedro, Platón lo cita a él. Sus virtudes literarias son las del clasicismo: ocultación de los mecanismos compositivos, con apariencia de sencillez y falta de artificio, pureza del lenguaje ático, precisión, exactitud, sobriedad, claridad expositiva y maestría en la etopeya o mostración del carácter de los personajes.

. Estos rasgos lo alejan del estilo elevado o patético de Demóstenes (claro que no hubo de enfrentarse a la amenaza del macedonio Filipo ni de exhortar a la defensa de la patria, pues sus clientes eran gentes corrientes con casos cotidianos). En cuanto a la organización del discurso, Lisias brilla en las dos partes centrales (narración y demostración) por su modo de presentar y organizar los hechos y de ir introduciendo las pruebas al hilo del relato....
  FundacionRosacruz | Mar 6, 2018 |
DISCURSOS I .LISIAS

VIDA DE LISIAS
Lisias es uno de los pocos autores de la literatura grie­ga que proporcionó directamente a sus biógrafos helenísti­cos, acostumbrados por lo demás a distorsionar las obras literarias para aprovecharlas biográficamente, datos reales de su vida y actividades. La mayor parte de los que cono­cemos, aunque no muy numerosos ni exentos de proble­mas, sí que son suficientes para darnos la segura sensación

de que, por primera vez en la historia de la literatura grie­ga, contamos con una biografía relativamente fiable.
El mayor problema que plantean, como enseguida veremos, es su localización histórica absoluta y la posición relativa de algunos entre sí.Las fuentes con las que contamos para conocer la vida de Lisias son varios discursos del propio orador, varios bosquejos biográficos que dependen, en último término, de la tradición biográfica helenística, probablemente peri­patética, y algunas referencias sueltas en Platón y Demóstenes.

Entre los primeros hay que destacar el discur­so XII, indudablemente lisíaco («lo pronunció el propio Lisias», como reza el título), en el que trata de conseguir la condena de Eratóstenes, uno de los Treinta, a quien acusa de ser el responsable de la muerte de su hermano Polemarco y en el que ofrece, como es lógico, datos biográfi­cos incontestables. De gran importanciaes un segundo dis­curso, el Defensa frente a Hipoíerses, por una esclava, ya conocido por dos referencias de Harpocración , pero cu­yo contenido desconocíamos hasta la aparición de sustan­ciosos fragmentos en la colección de Papiros de Oxirrinco.

En ellos se confirman algunos datos, que se conocían por la tradición biográfica, referentes entre otras cosas a la fortuna del orador y su generosidad y fervor democráti­co. En cambio, los otros dos discursos «biográficos» que se atribuyen a Lisias (Contra Arquino y Sobre sus propios beneficios son más problemáticos: no se conserva nada de ellos, se desconoce su cronología relativa e, incluso, se ha pensado que el último puede ser un título alternativo Lo que sí parece claro es que estos discursos, aunque no sabem
os en qué medida cada uno, constituyen la fuente directa del caudal biográfico helenístico del que, a su vez, derivan los dos relatos biográficos más completos que tenemos, el de ,-Plutarco, en la Vidas de los diez orado­res y la Introducción del tratado de Dionisio de Halicar­naso dedicado al orador

El primero es más completo y terminante en alguno de los datos, sobre todo fechas; el de Dionisio es más breve, un poco más cauto y menos comprometido, como demuestra el que añada frases como «se podría conjeturar...» o «si se supone que su muerte...»
  FundacionRosacruz | Dec 26, 2017 |
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Nome dell'autoreRuoloTipo di autoreOpera?Stato
Lisiasautore primariotutte le edizionicalcolato
Calvo Martínez, José LuisTraduttoreautore secondarioalcune edizioniconfermato

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Literary Criticism. Nonfiction. Los discursos forenses de Lisias son nuestra mejor fuente para la vida privada de los atenienses en el periodo clásico y para el derecho ático en todos sus aspectos (clases y naturaleza de los procesos, procedimiento, etc.). De Lisias, que vivió en Atenas como meteco entre 445 y 380 a.C., conservamos treinta y cuatro discursos (sin contar el discurso sobre el amor que Platón le asigna en el Fedro). En la Antigüedad se le atribuyeron más de cuatrocientos, y fue considerado uno de los diez grandes oradores áticos, entre los que se distinguía por su estilo sobrio y claro; los aticistas le oponían, como modelo del decir y argumentar, a las pompas del asianismo y sus metáforas teatrales. En Roma fue el modelo de los partidarios de una oratoria clara y sencilla, frente a una retórica recargada como la ciceroniana. Lisias trató en sus discursos los más variados asuntos, en causas públicas y privadas, y prácticamente en todos los géneros de unas y otras (de ilegalidad, traición, extranjería, impiedad, vejaciones, adulterio, negligencia o mala administración de los bienes de un huérfano, daños por violencia o violación, malos tratos, homicidio, injurias verbales), así como referidas a propiedad y obligaciones contractuales y al derecho de familia (sucesiones, tutela). Lisias fue ante todo un buen abogado de causas privadas, un logógrafo, que asesoraba en cuestiones jurídicas y escribía discursos para que los pronunciaran otros (en Grecia las partes de un proceso debían hablar en nombre propio y personalmente, sin que las representara un abogado). Sus obras forenses nos ofrecen una imagen muy nítida de la sociedad de su tiempo, de esa Atenas democrática donde los pleitos eran frecuentes y los tribunales, un espacio para demostrar la inteligencia y el dominio de la expresión. Para los antiguos, Lisias fue un gran modelo literario en cuanto a la oratoria y a la construcción de discursos: para exponer su teoría de la retórica en el Fedro, Platón lo cita a él. Sus virtudes literarias son las del clasicismo: ocultación de los mecanismos compositivos, con apariencia de sencillez y falta de artificio, pureza del lenguaje ático, precisión, exactitud, sobriedad, claridad expositiva y maestría en la etopeya o mostración del carácter de los personajes. Estos rasgos lo alejan del estilo elevado o patético de Demóstenes (claro que no hubo de enfrentarse a la amenaza del macedonio Filipo ni de exhortar a la defensa de la patria, pues sus clientes eran gentes corrientes con casos cotidianos). En cuanto a la organización del discurso, Lisias brilla en las dos partes centrales (narración y demostración) por su modo de presentar y organizar los hechos y de ir introduciendo las pruebas al hilo del relato.

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