Los ejercicios de meditación para niños, que esta autora concibió, se desarrollaron a partir de la idea de ayudar a su hija de tres años, quien tenía dificultades para acostarse, permanecer en calma y quedarse dormida. Este tránsito de la vigilia al sueño era interrumpido por diferentes actos que provocaban en el niño, demora en conciliar el sueño y, peor aun, sueños muy poco apacibles. De este modo la práctica de la meditación, inducida por estos cuentos, ayuda a los niños a enfrentar el temor (que es en definitiva, el sentimiento que trastorna el momento previo a dormirse) y, entrar en los sueños de manera relajada y calma. En este volumen los lectores podrán volar por un jardín secreto, al espacio exterior, al fondo del mar o bien, pasear en globo.