Leticia Ruiz Gómez

Misterioso, callado y taciturno, de Jorge Perotti se decía que había heredado una gran fortuna. Sin embargo, ninguno de los parroquianos que lo saludaban todos los días en el bar de la calle La Luna había intimado demasiado con él. Su única amiga era una niña de diez años, hija de los propietarios del bar, a quien él llamaba tiernamente Cucurucho.
Cuando Perotti murió, ya centenario, sus últimas palabras fueron: "El Gran Juego. Sólo quiero volver al Gran Juego.". Y el Gran Juego es la herencia que dejará a la pequeña Cucurucho: una serie de pistas encadenadas que la niña deberá resolver en compañía de su hermano mayor, Cosme, y que, a la postre, se convertirá en la gran aventura de su vida.… (altro)

A modo de catálogo razonado de la exposición sobre el taller y los seguidores del Greco, celebrada en 2014, la comisaria hace un repaso hilado por las obras expuestas, que se completa con varios artículos sobre el funcionamiento de los talleres artísticos en la España del Siglo de Oro, y también sobre algunos de los principales colaboradores o discípulos del pintor greco-toledano. Cada vez me gustan más estos trabajos sobre el funcionamiento cotidiano de la "industria" artística, hasta ahora olvidada por la atención a los grandes genios, que parecieran torres aisladas en medio de un páramo. Y no, a su alrededor, en sus propios talleres o en otros, había buenos artistas o artesanos que vivían más o menos de su oficio. E incluso los grandes, como El Greco, organizaban todo un tinglado comercial y empresarial para seguir ejerciendo su arte y, a la vez, comiendo todos los días.

Por otro lado, es evidente que todos los autores son grandes especialistas y, además, acostumbrados a hablar y escribir sobre el tema. El conjunto es ligero sin perder profundidad, a lo que ayudan las buenas reproducciones de casi todas las obras que fueron expuestas y algunas que se quedaron fuera de la exposición. Solo un detalle no me ha gustado: al citar los documentos del Archivo Histórico Provincial de Toledo, ningún autor (con una excepción) se molesta en poner la signatura, limitándose a mencionar el escribano y el año del protocolo notarial correspondiente. Comprendo que es un detalle que escapa a la inmensa mayoría de los lectores, pero a mí me ha llamado la atención.… (altro)

Una biblioteca arde en mitad de la noche. Cincuenta años más tarde el genial Ulises Font comienza una inusual búsqueda. Felipe, que se ha pasado la vida esperando que le sucedieran cosas que nunca le ocurren, regresa a su pueblo para el esperpéntico entierro de su abuela. Lucía, una escritora que no publica, vive encerrada en una casa de ladrillos rojos y escribe cuentos para Pian, que es su mundo y su maestro. Estas historias se van entrelazando en Los libros luciérnaga, a través de una misteriosa trama que en cada capítulo formula nuevas preguntas y extraños juegos.… (altro)